Plano de un charango de quirquincho (armadillo)
Propietario del charango: J. Clormann
Reparaciones y plano realizados por Markus Schmid, Schupfart, Suiza
© 2014 Markus Schmid, www.straordinaria.ch
El instrumento
Se trata de un charango de armadillo (Quechua: Khirkinchu, o también Quirquincho) que originalmente ha sido construido para ser encordado con diez cuerdas de metal delgadas, todas del mismo grosor, encordado típicvo para los charangos "autóchtonos" de la región Norte Potosí, Bolivia. Tanto las características geométricas de la dispsición del diapasón, tapa armónica y puente, como también huellas en el puente y en los trastes gastados eran testimonios de aquel encordado en el instrumento original. El charango ha llegado en manos del propietario actual hace varás décadas, ya con curdas de nailon, y una huella en el puente que cuenta de un intento infructuoso de levantar las cuerdas a una altura que permitiesen la ejecución sin cerdeo de las cuerdas en los trastes. Tenía 12 trastes, el último todavía no llegando a la unión caja-mástil (ver segunda imagen).
Charango reparado en 2014
La tapa armónica tenía dos rajaduras, una a cada lado del diapasón. En la imagen a la derecha se puede apreciar muy bien la grieta abierta en el lado de tiples. A pesar de este defecto, muy probablemente surgido por la tensión exagerada de las cuerdas de nailon de grosores inapropiados, la tapa no ha sufrido de ningún tipo de deformación. La madera de la tapa parece ser de algún tipo de pino, probablemente proveniente de la zona andina de Bolivia.
La reparación
He reparado las dos rajaduras en la tapa, la del lado de bordones estaba apretada y solamente era necesario pegarla con cola animal caliente, mientras en el lado de tiples la grieta estaba tan abierta que era necesario llenarla con una astilla. Además he reforzado la grieta desde el interior de la caja con una madera delgada de pinabete (Picea abies).
Algunas clavijas del clavijero mecánico, por haber sido mal instalado y abusado ya no funcionaban. El problema principal eran los agujeros para los ejes de las clavijas que estaban taladrados más o menos en la distancia de 25 mm entre ellos, como es el estándar para muchos clavijeros, mientras el tipo de clavijero usado tiene una distancia de 23.5 mm entre los ejes. De esta manera se ha forzado algunos ejes en una posición desajustada en relación a los engranajes, y el deterioro tomaba su rumbo. Era necesario desarmar todo el clavijero mecánico en sus partes, limpiarlos con aceite de baja viscosidad, eliminar las rebabas y deformaciones en los engranajes, y volver a armar todo.
Todo el charango estaba con bastante suciedad que había penetrado la superficie del barniz. Obviamente, el barniz había sido aplicado de manera muy generosa, lo que en este caso ha sido una vantaja por poder retirar parte del barniz con alcohol, dejando todavía una capa delgada del barniz original. Según el olor se trataba de un barniz a base de resinas naturales de coníferas, probablemente de pinos de la zona andina de Bolivia. Retirar la capa de barniz sucio ha hecho revivir tanto los colores de los perfiles y la roseta, como también este de la madera de la tapa armónica.
El caparazón de armadillo tenía un olor fuerte a caries. Tenía que limpiar meticulosamente cada escama del caparazón con un escalpelo, quitando la parte negra podrida, y al final he literalmente enjuagado primero el exterior del caparazón con alcohol isopropílico, y después de dejarlo secar por unos días he lavado de la misma manera también el interior del caparazón. Después de un secado de una semana he aplicado una capa de goma laca con pincel al exterior del caparazón.
El diapasón estaba en estado deplorable y casi ya no agarraba los trastes desgastados, que para cuerdas de metal estaban situados perfectamente, garantizando una afinación extraordinariamente buena para este tipo de charangos. Como es típico para chrangos de este genero, el diapasón estaba muy delgado (aproximadamente 1.0 mm hasta 1.7 mm) y hecho de la misma madera como el mástil, que en este caso es de cedro (Cedrela odorata). El propietario ha insistodo que se ponga cuerdas de nailon, lo que, por la necesidad de levantar las cuerdas, ha hecho necesario un cambio de la geometría entre diapasón, puente, y tapa armónica. (Mientras que la cuerdas metálicas de estos charangos requieren una altura de aproximadamente 2 mm sobre el traste n°12, las cuerdas de nailon necesitan una altura de aproximadamente 3 mm). Por no querer modificar el puente no ha quedado otro remedio que levantar las cuerdas en la cejuela, con la consecuencia de tener que remplazar el diapasón. Levantar las cuerdas en el puente no solamente hubiera significado eliminar el elemento típico del puente cordal, sino también una altura de cuerdas sobre la tapa que, por la mayor palanca hubiera puesto en peligro la integridad estructural de la tapa armónica en la zona del puente.
Retirar el diapasón original era complicado, ya que el pegamento usado por el constructor era pegamento polyuretano, que no se despega con agua ni tampoco con calor que no destrozaría la misma madera. Entonces tenía que emplear formones, cepillos varios tipos de cuchilla ebanista para eliminar el diapasón original y quitar los restos de pegamento.
Para el nuevo diapasón he eligido madera meranti que tiene una textura y un color parecido a estos del cedro, pero es un poco más dura y más resistente. El charango original no tenía trastes en la zona del diapasón que se encuentra sobre la tapa armónica. Como en todo caso ya tenía que "modernizar" el charango con la conversión a cuerdas de nailon me pareció lo más normal de también extender los trastes sobre el diapasón completo, como se lo hace en todos los charangos "modernos" con cuerdas de nailon. Además he agrandado el tiro de cuerdas por unos 5 mm, con el fin de tapar con el nuevo diapasón un "arreglo" chapuzero anterior de la cejuela. Con este cambio de tiro, ahora el traste n° 13 cabe casi en la unión mástil-caja, lo que varios luthiers de charango en Bolivia usan como estándar.
La cejuela de plástico era muy probablemente no original (no encajaba en su posición, ver imagen a la derecha), y se encontraba en muy mal estado. La he remplazado por una nueva.
El plano
El plano se refiere al charango reparado y modificado. Trataré de ampliarlo por un juego de hojas adicionales para el charango en su estado original que estaba hecho para encordar con cuerdas metálicas.
Tratándose de un charango de armadillo, la idea del plano no es la de encontrar un armadilo de estas medidas sino más bien de construir un charango de madera con tanta fidelidad al plano como lo desea el luthier, respectivamente su cliente.
El grosor promedio del caparazón de armadillo es de unos aproximadamente 2.5 mm, medida que no aparece en la versión actual del plano.
Actualmente el plano consiste en cinco hojas y está acompañado por algunas fotos del charango:
Aquí se puede descargar el juego completo en una resolución suficiente para imprimir el plano a escala 1:1
Todo el plano está hecho lo más fiel posible según la geometría exacta del instrumento, es decir con todas las imperfecciones, irregularidades y asimetrías. He trazado las secciones en las hojas n° 4 y n°5 con esta herramienta desarrollada y construida por mi mismo:
"Trazador" para trazar las secciones de la caja armónica de charangos
Para ver mejor el funcionamiento del "trazador" se puede ver más imágenes de esta herramienta de medición aquí.
- Markus Schmid, Mayo 2014
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